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¿Cuándo sentiste el llamado de la escritura?

Alimentado por las películas y libros que vi y leí desde los cinco años, empecé a tener ideas para escribir desde los doce. A la edad de quince empiezo con la poesía y a componer canciones, pero descubro el cuento corto a los veinte y desde ahí nunca lo he soltado.


¿Por qué la literatura de terror puede penetrar de mejor manera en los lectores en comparación con otros registros como la ciencia ficción, lo policial o la literatura en general?

Creo que representa mejor el rompimiento con la sociedad, la civilización. Es reconocerte vulnerable ante la maldad de mundo, sea cual sea su origen. Y claro que la peor maldad es la humana. Como suelo decir: Todos somos armas cargadas a punto de ser disparadas.


Dicho esto, ¿de qué manera crees que trabaja la literatura de terror en el lector?

La historia y la forma en la que es contada debe llevar al lector a un estado en el cual se sienta horrorizado (por lo terrible de lo descrito) o aterrorizado (con miedo al reconocer lo vulnerables que somos ante la maldad). Si el lector sigue con miedo o pensando en lo que escribiste después de terminar de leer, ganaste como escritor.


Para ti y en tu experiencia personal, ¿qué es lo más importante en la construcción de una historia?

La idea central que deseas transmitir, el impacto que buscas generar en el lector. Si tienes claro a dónde vas, puedes usar el arte para llegar a ese punto. Eso no quita que los personajes tomen decisiones mientras los escribes, pero puedes desviarte del camino siempre y cuando llegues a donde querías. Si la desviación es mucha, debes replantear la idea central de la historia.

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Háblanos de tu obra Caná, después de la boda. ¿Por qué consideras que tu propuesta en este libro va por el camino filosófico?


Si revisas los cuentos, más que buscar asustarte, el tono en ellos es de plantear una idea para que la medites: ¿Sin restricciones, sin consecuencias, seguiríamos siendo civilizados? ¿Un acto terrible descalifica todo el bien que se generó de él? Si tuviera que escribir algo que nunca ocurrió con el fin de procurar un mejor final a una historia real ¿me vuelve un mentiroso o un mejor escritor? Si tuvieras la oportunidad de hacer lo que siempre quisiste hacer, algo evidentemente con malvad, pero partir en un chispazo de gloria, ¿lo harías? Y la que más me gusta: ¿Un acto terrible puede ser usado como una expresión de amor?




En La certeza de su muerte reúnes relatos de horror y de corte sobrenatural. ¿Cuál es la ventaja de aprovechar literariamente este imaginario?

Siempre he creído que aprovechar ese imaginario permite que plantees situaciones que son reales de manera metafórica, de tal forma que los lectores puedan sentirse seguros de que no es real, de que es solo ficción.

En La Certeza de su muerte hablo de rompimientos muy claros con lo normal. El héroe puede que sea el monstruo. Las reacciones de los personajes no son las que uno esperaría.

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En tu hogar electrónico has publicado “consejos” para los jóvenes escritores. A tu opinión, ¿cuál de ellos sería el más importante y por qué?

Que empiecen a escribir sin pensar en quién lo va a leer. Que eviten el miedo a sentirse descubiertos, expuestos al mundo. Como les ha pasado a muchos escritores de horror, a mí también me han llegado a decir: con ese talento, ¿por qué escribes lo que escribes?, ¿por qué no escribes cosas bonitas y lindas y optimistas?


¿Qué autores clásicos recomendarías?

En primer lugar H.P. Lovecraft. Su horror cósmico es extraordinario. De ahí, todos los autores relacionados a los Mitos de Cthulhu. Fredric Brown que es una maravilla. Con él entendí el arte del cuento corto. Los cuentos de Philip K. Dick e Issac Asimov. Terry Pratchett y su Mundodisco.


¿Y contemporáneos?

Richard C. Matheson, Lucius Shepard y Ted Chiang.


¿Qué películas del género te han marcado en cuanto a tu carrera de escritor?

Mi infancia ocurre en los 80’s, así que viví una gran época del cine de terror, tanto de los slashers como Viernes 13 y Freddy Kruger. Todas esas películas alimentan mis sueños oscuros. Todas las de John Carpenter, en especial En La Boca del Terror.

El Silencio de los Corderos, que se acerca mucho a la definición de horror.

Hay una película de 1982 llamada en inglés Superstición, que fue fascinante en su momento para ese niño de nueve años.


Gracias Alejandro por tu tiempo. Ha sido un placer.

Alejandro Calvo es escritor mexicano. Estudió Ciencias de la Comunicación (con una especialidad en Multiculturalidad) en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, y conserva un gran interés por la filosofía. Ha sido el promotor de la fundación del primer Museo de las Brujas, el cual pretende ser un importante motor turístico de Tlahuelilpan y la región del Valle del Mezquital. Es fundador y presidente de la Unión de Artistas del estado de Hidalgo UNARTEH. Desde niño se sintió atraído por el género de terror, en la literatura, cine y teatro, y comenzó a escribir a la edad de 12 años, realizando pequeñas narraciones y versos. Debido a la fuerte cultura del género de terror en México, Hidalgo y particularmente en la zona donde creció, encontró la combinación de sus dos pasiones para realizar su propio trabajo literario. Hoy converso con Alejandro. Bienvenidos.

¿En qué momento sentiste que querías ser escritor?

Tenía aproximadamente 12 años cuando me di cuenta de que me gustaba contar historias y narrarlas con detalles, como si lo que yo imaginaba otras personas lo hubieran podido ver a partir de mis escritos. En ese momento me di cuenta de que quería ser escritor.


¿Por qué trabajas el terror? ¿Qué te resulta atractivo de este género?

Desde niño siempre me ha apasionado el tema del terror, ya sea que alguien me cuente una vivencia, ver una película, obra de teatro, libro, serie, museos. Creo que el género es muy atractivo para muchas personas, te genera adrenalina y es parte de la vida misma. En México tiene un arraigo muy cultural, nos encanta crear historias y personajes, nos apasiona sentarnos alrededor de una fogata y contar lo que nos habían platicado los abuelos, sentir que tiemblas, que el miedo te está dominando y no podrás dormir fácilmente, pero por alguna razón no quieres salir del círculo.


¿De dónde emerge la mitología que plasmas en tus obras?

La mayoría de mis historias surgen de mi imaginación, a excepción de los libros de leyendas, en ellos tengo que realizar una investigación, ir en ocasiones a los lugares que son escenarios de las historias, pero en general, mis libros son una recreación de lo que mi mente imagina, con base en los relatos y tradiciones que tenemos en la región.


Háblanos de Trémulo y Obsesivamente. ¿Por qué el terror gótico en uno, y terror psicológico en otro? ¿Cuáles son las diferencias y ventajas de cada uno?

En Trémulo me quise imaginar historias con escenarios muy sombríos y antiguos; las haciendas, las casonas viejas, aunque no son castillos o estructuras medievales, sí son lugares que tienen una estructura muy especial. Creo que en Trémulo logré retratar personajes e historias con un toque muy clásico.

En el caso de Obsesivamente, me encanta la idea de mostrar lo que pasa en la mente de una persona que, sin ser el cliché de villano/a, un evento le puede cambiar todo; y es que así somos los seres humanos, podemos cometer actos que jamás imaginamos, que nos asustan y aterran, pero si nos vemos obligados por las circunstancias, lo haríamos sin dudar.

Creo que es muy padre echar a volar la imaginación con seres mágicos y tenebrosos, en historias fantásticas, es el caso de Trémulo; así como tener miedo más realista, con personas iguales a nosotros, capaces de las peores atrocidades, es el caso de Obsesivamente.

En Aquelarre exploras el imaginario de las brujas. ¿Cómo lo amalgamas a tu escritura?

Existen muchos mitos, leyendas e historias de monstruos, fantasmas y otros seres característicos de un lugar específico, pero las únicas de las que prácticamente todas las culturas hablan son las brujas. En México no es la excepción. La mitología al respecto es muy amplia y rica, que va desde los cuentos tradicionales hasta avistamientos de las bolas de fuego.

Particularmente mi pueblo es conocido como lugar de brujas, por eso quise hacer un libro exclusivo de estas historias e incluso a partir de este libro surge la propuesta para realizar el Museo de las Brujas, del que soy gestor y fundador.


También has escrito leyendas. ¿A tu opinión, qué tan importante son para la tradición y su espacio en el imaginario cultural?

En 2019 hubo una explosión en mi municipio que cobró la vida de muchas personas. Desafortunadamente fuimos noticia mundial por una desgracia. Los días posteriores, en los alrededores no se hablaba de otra cosa más que de eso, necesitábamos hacer que la gente supiera que éramos más que una tragedia, por eso escribí el libro de leyendas de Tlahuelilpan, me di cuenta que otros municipios no tenían libro de leyendas.

Lo peor es que las personas que las conocen están empezando a morir sin contar esas historias a sus nietos, porque ahora la tecnología los ha separado, el legado cultural se está perdiendo, por eso me siento contento de colaborar con mis libros.


Has escrito ¡Fuera luces!, un libro dirigido a público infantil. ¿Crees que el terror es una forma llamativa de aproximar a las personas a la lectura desde temprana edad?

Sí, a las y los niños les encanta el terror, siento que les hace sentirse grandes y valientes. Fue una aventura realizar este libro, tiene ilustraciones para colorear, mensajes positivos de forma muy sutil, muchos niños y niñas lo llegaron a pedir a los Reyes Magos, o como regalo de día del niño, y lo mejor fue que lo leyeron.


¿Cuáles consideras que son tus influencias literarias y por qué?

Sin dudas Óscar Wilde y Jalil Gibrán, el primero por esa forma de escribir y contar historias con tanto detalle, belleza y elegancia, el segundo por el manejo de la fantasía, la imaginación del lector y la manera de redactar.

Podría incluir a un director de cine mexicano que, aunque no fue escritor, es el creador de las mejores cintas de terror de mi país, Carlos Enrique Taboada, su forma elegante de hacer terror sin duda me influyeron mucho.


¿Películas de terror favoritas?

Hasta el viento tiene miedo (1968), Libro de piedra, Misery, Carrie, El exorcista, El conjuro, Shutter, Ju-on.


¿Cómo ves la evolución del género dentro de México?

Tenemos una base muy importante del género, las historias de brujas, el charro negro, la mulata de Córdoba, duendes, nahuales y muchas más sin olvidar a nuestro ícono mundial, la Llorona, el cine, la literatura y otras artes que tienen como fondo el terror, siempre son bien recibidas. La evolución ha sido lenta, porque de pronto se ve como un género improductivo, pero económicamente muy redituable y eso nos favorece mucho. Hemos pasado de los miedos tradicionales a lo que actualmente ocurre a nuestro alrededor, pero siempre buscando ese momento de adrenalina que nos recuerde que estamos vivos.


Gracias por tu tiempo, Alejandro, ha sido un placer.



Fotograma cortesía de Dread Central Presents.

Definitivamente Terrifier es una película que espanta, horroriza y que posee variados e innovadores elementos de temor. De entrada le asigno la máxima puntuación en estas casillas.

Lo que me deja cierto mal sabor de boca no es aquella espléndida fotografía que utiliza ni la adecuada musicalidad que ostenta; se trata de ciertos detalles en el argumento y sobre todo la configuración de personalidades en las que el film evidentemente flaquea.

A esto habrá que sumarle la presencia recargada de cierto gore gratuito y excesivo. Que para gustos hay colores, es verdad, pero la sobreabundancia de violencia infundada no me transmite lo que busco de manera personal en una película del género.

Se hacen presentes algunos clichés, incorporados no a manera de tributos sino de una forma que afecta el disfrute de la historia: la innecesaria caída de la protagonista en la escalera se nota totalmente sobreactuada, y el guardián con los auriculares que no sospecha lo que ocurre a sus espaldas resulta ridículo.

Sin dudarlo, la escena total es de Art, el terrorífico payaso asesino. Este personaje tiene sus ventajas y carencias. Destaco su construcción como elemento máximo de horror. Solo ver sus facciones inexpresivas infunde miedo, y resulta mucho más aterrador cuando eleva aquella satánica sonrisa. Pero se falla al intentar dotarlo de una identidad. Claramente es un spree killer, y lo intuimos como un anterior asesino serial; es un individuo sadomasoquista que se lo intenta dibujar en última instancia de manera desesperada como un antropófago con pulsiones suicidas que finalmente acaba cometiendo un acto final que de ninguna manera encaja con el perfil psicológico adaptado a la vida real. No digo que no se deba explorar la fantasía ni amalgamar estos elementos. Lo que señalo es que no se lo realiza de una manera natural y falla esta hibridación ficticia en cuanto a elaboración, algo que, por ejemplo, sí lo consigue Shyamalan en Fragmentado. Se pudo haber construido y trabajado este detalle de manera más paciente y el resultado hubiese sido excepcional.

A pesar de todo lo dicho, el payaso Art continuará horrorizando a quienes se atrevan a conocer su historia.

Fotograma cortesía de Dread Central Presents.

TRAILER OFICIAL


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