Alejandro Lanzagorta “La literatura de terror representa mejor el rompimiento con la sociedad”
- Diego Maenza
- 15 oct 2021
- 3 Min. de lectura

¿Cuándo sentiste el llamado de la escritura?
Alimentado por las películas y libros que vi y leí desde los cinco años, empecé a tener ideas para escribir desde los doce. A la edad de quince empiezo con la poesía y a componer canciones, pero descubro el cuento corto a los veinte y desde ahí nunca lo he soltado.
¿Por qué la literatura de terror puede penetrar de mejor manera en los lectores en comparación con otros registros como la ciencia ficción, lo policial o la literatura en general?
Creo que representa mejor el rompimiento con la sociedad, la civilización. Es reconocerte vulnerable ante la maldad de mundo, sea cual sea su origen. Y claro que la peor maldad es la humana. Como suelo decir: Todos somos armas cargadas a punto de ser disparadas.
Dicho esto, ¿de qué manera crees que trabaja la literatura de terror en el lector?
La historia y la forma en la que es contada debe llevar al lector a un estado en el cual se sienta horrorizado (por lo terrible de lo descrito) o aterrorizado (con miedo al reconocer lo vulnerables que somos ante la maldad). Si el lector sigue con miedo o pensando en lo que escribiste después de terminar de leer, ganaste como escritor.
Para ti y en tu experiencia personal, ¿qué es lo más importante en la construcción de una historia?
La idea central que deseas transmitir, el impacto que buscas generar en el lector. Si tienes claro a dónde vas, puedes usar el arte para llegar a ese punto. Eso no quita que los personajes tomen decisiones mientras los escribes, pero puedes desviarte del camino siempre y cuando llegues a donde querías. Si la desviación es mucha, debes replantear la idea central de la historia.
Háblanos de tu obra Caná, después de la boda. ¿Por qué consideras que tu propuesta en este libro va por el camino filosófico?
Si revisas los cuentos, más que buscar asustarte, el tono en ellos es de plantear una idea para que la medites: ¿Sin restricciones, sin consecuencias, seguiríamos siendo civilizados? ¿Un acto terrible descalifica todo el bien que se generó de él? Si tuviera que escribir algo que nunca ocurrió con el fin de procurar un mejor final a una historia real ¿me vuelve un mentiroso o un mejor escritor? Si tuvieras la oportunidad de hacer lo que siempre quisiste hacer, algo evidentemente con malvad, pero partir en un chispazo de gloria, ¿lo harías? Y la que más me gusta: ¿Un acto terrible puede ser usado como una expresión de amor?
En La certeza de su muerte reúnes relatos de horror y de corte sobrenatural. ¿Cuál es la ventaja de aprovechar literariamente este imaginario?
Siempre he creído que aprovechar ese imaginario permite que plantees situaciones que son reales de manera metafórica, de tal forma que los lectores puedan sentirse seguros de que no es real, de que es solo ficción.
En La Certeza de su muerte hablo de rompimientos muy claros con lo normal. El héroe puede que sea el monstruo. Las reacciones de los personajes no son las que uno esperaría.
En tu hogar electrónico has publicado “consejos” para los jóvenes escritores. A tu opinión, ¿cuál de ellos sería el más importante y por qué?
Que empiecen a escribir sin pensar en quién lo va a leer. Que eviten el miedo a sentirse descubiertos, expuestos al mundo. Como les ha pasado a muchos escritores de horror, a mí también me han llegado a decir: con ese talento, ¿por qué escribes lo que escribes?, ¿por qué no escribes cosas bonitas y lindas y optimistas?
¿Qué autores clásicos recomendarías?
En primer lugar H.P. Lovecraft. Su horror cósmico es extraordinario. De ahí, todos los autores relacionados a los Mitos de Cthulhu. Fredric Brown que es una maravilla. Con él entendí el arte del cuento corto. Los cuentos de Philip K. Dick e Issac Asimov. Terry Pratchett y su Mundodisco.
¿Y contemporáneos?
Richard C. Matheson, Lucius Shepard y Ted Chiang.
¿Qué películas del género te han marcado en cuanto a tu carrera de escritor?
Mi infancia ocurre en los 80’s, así que viví una gran época del cine de terror, tanto de los slashers como Viernes 13 y Freddy Kruger. Todas esas películas alimentan mis sueños oscuros. Todas las de John Carpenter, en especial En La Boca del Terror.
El Silencio de los Corderos, que se acerca mucho a la definición de horror.
Hay una película de 1982 llamada en inglés Superstición, que fue fascinante en su momento para ese niño de nueve años.
Gracias Alejandro por tu tiempo. Ha sido un placer.
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